Son muchas las ocasiones en las que tras eliminar las espículas de una uña encarnada, los pacientes siguen refiriendo dolor a la presión en el dorso de la uña.
¿A qué puede deberse?
En la mayoría de los casos a una exóstosis subungueal.
Empezaremos haciendo una descripción de esta lesión.
La exóstosis subungueal es una proliferación osteocartilaginosa, benigna, que crece lentamente y que se localiza en el dorso de la falange distal , siendo prevalente que ocurra en el primer dedo.
Es una irritación crónica del periostio, muy asociada a los microtraumatismos, por lo que es frecuente en la práctica deportiva por los traumatismos repetidos.
Se asocia también al uso de calzado estrecho y de tacón y a alteraciones biomecánicas como la hiperextensión del primer dedo, pies cavos etc.
Es importante hacer un diagnóstico diferencial con el condroma, que a diferencia de la exóstosis si es un tumor benigno, y tienen clínicas parecidas.
El condroma es de mayor tamaño e incluso puede perforar el lecho ungueal y aparece a edades más tempranas.
Destacar, que las exóstosis subungueales no malignizan y los condromas si pueden llegar a malignizar.
Síntomas:
- Dolor y deformidad de la uña
- Separación de la lámina ungueal del lecho
- Uña encarnada
- Onicomicosis
Diagnóstico y Tratamiento
El principal método diagnóstico será mediante radiografía, y el tratamiento de elección será el quirúrgico , ya que en la mayoría de los casos la utilización de calzado amplio no suele ser suficiente.
La técnica de eliminación de la exóstosis así como de la uña encarnada se hará mediante infiltración de anestesia local e incisión en pulpejo del dedo para la eliminación de la misma.
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